Me propongo publicar
Del Rosario los encantos
Que pobló el Mundo de Santos
Con sus gracias sin igual
Creo no me faltará
Quien con un ardiente celo
Derrame en mi sus consuelos
En obra tan delicada
Que debiera ser tratada
Por los Ángeles del Cielo
Madre mía dame fuerzas
Porque yo quiero escribir
Y del Rosario decir
Las más sublimes grandezas
Para que en tan Santa empresa
No me falte inspiración
Dándome tu protección
Será mi dicha cumplida
Si tiene buena acogida
En tu amante Corazón.
Contando con que seré
En tal caso socorrido
Y por ti favorecido
¿Por donde comenzaré?
Lo primero rezaré
Tu Rosario con fervor
Para que me de valor
Y en mi empresa no desmaye
Hasta escuchar por las Calles
Viva la Madre de Dios.
Venid a Bornos Cristianos
Que sobre el mismo Sagrario
María tiene el Rosario
En su Purísimas Manos
Su gozo no será en vano
Pues es una Virgen bella
Espejo de las Doncellas
Y preciosa Luz de Mayo
Que oscurece con su Rayos
Los brillos de las Estrellas.
Postrarse ante su presencia
Pues todo se lo merece
Y con su Rosario ofrece
La más bendita clemencia
No abandona en su indigencia
Al infeliz pecador
Que la invoca con fervor
En medio de sus quebrantos
Ella detiene su llanto
Movida de Puro amor.
Vengan de Pueblos lejanos
A esta reducida Villa
A ver una maravilla
Que admira el género humano
Bornos está muy ufano
Con tener tan gran Patrona
Sacrificio no perdona
Para aumentar su belleza
Y hasta ver en su Cabeza
De perlas una Corana.
Tus gracias y tus hermosuras
Manifiestan Madre amada
Con esa Prenda Sagrada
Ante toda criatura
Con ella tu con ternura
Consuela a los mortales
Librándolos de sus males
Trayéndolos a tu Altar
Y allí poderte alabar
Con Cánticos Celestiales.
Te vemos entusiasmados
Con es Santo Rosario
Con el que a nuestro adversario
Tu lo dejas desarmado
Nosotros tranquilizados
Te lo podemos rezar
Postrados ante tu Altar
Con la mayor devoción
Logrando tu Bendición
En esta vida mortal.
Que hermosa estás Madre mía
Con ese Rosario Santo
Que llena de amor y encanto
A todas las Gerarquías
Nosotros en este día
Ardientemente queremos
Que también lo contemplemos
En las Celestes Alturas
Ostentando tu ternura
Y así dichosos seremos.
De tus bellezas prendados
Del Rosario Madre mía
Ante tus plantas postrados
Decimos Ave María.
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