Padre Camas: Día VIº Novena del Rosario Bornos.

Yo quisiera merecer

Que por tu Santo Rosario

A mi cruel adversario

Lo aplastarás con tus piés

Así libre me veré

Para poderlo rezar

Sus Misterios comtemplar

Con el fervor más sincero

Y con amor verdadero

Humillado ante tu altar.

Si me dieras Madre mía

Tu Santísimo Rosario

Yo lo pusiera en mis labios

Todas las horas del día

De noche lo colgaría

Sobre mi pecho al dormir

Y que velara por mí

Mientras durara mi sueño

Para que siendo alagueño

Me fuera grato el vivir.

Enjuga tu Madre mía

Con tu Rosario mi lloro

Con tu precioso Tesoro

No tendré melancolía

Entonces con alegría

Yo marcharé presurosa

A traerle bellas Rosas

Las pongo sobre tu Altar

Y tu las recojerás

Muy amable y cariñosa.

Por tu Rosario María

Mírame muy angustiado

Ante tus plantas postrado

Te manifiesto este día

Que es grande la pena mía

Y no me deja vivir

Yo solo espero de ti

Que derrames en mi alma

Paz, sosiego y dulce calma

Y tu asistencia al morir.

Yo profeso gran amor

A tu Rosario María

Pues por el solo me envías

De mis culpas el dolor

Más siendo gran pecador

Lograré ser perdonado

De manchas purificado

En esta vida mortal

Y llegado mi final

En el Cielo colocado.

A tu Rosario yo acudo

En toda tribulación

Y me da resignación

Como poderoso escudo

En tus Manos lo saludo

Lleno de júbilo Santo

Sus excelencias las canto

Movido de mil amores

Y sus insignes favores

A mi me llenan de encanto.

En el Rosario yo tengo

Puesta toda confianza

Y cifrada mi esperanza

Y por eso con el vengo

Para que en este abolengo

En que me encuentro sumido

Sea por el protegido

Y saliendo victorioso

Le haré patente mi gozo

Viviéndole agradecido.

¿En este tan duro suelo

viéndome tan afligido

apenado y dolorido

quien me otorgará consuelo?

Son inmensos mis desvelos

Sin descansar noche y día

Para obtener alegría

El Rosario buscaré

Y solo lo encontraré

En las Manos de María.

Madre mía a tu presencia

Con el Rosario yo vengo

Mucha devoción le tengo

Pues lo rezo con frecuencia

No me niega su asistencia

En mi lastimoso estado

Ni me deje abandonado

Para que yo no perezca

Y que a mi final merezca
El ser con el coronado.