martes, 2 de octubre de 2012

Padre Camas: Día VIº Novena del Rosario Bornos.


El que a ti con devoción
El Rosario te rezare
No le cercarán pesares
Con tu Santa protección
Recibirá su oración
Con tus Manos estendidas
Si alguna vez en la vida
Tuviese algún sentimiento
Tu acudirás al momento
Como su Madre querida.

Ciertamente moriré
Si tu no me favoreces
Y tu Rosario me ofreces
De angustias sucumbiré
De ti lo conseguiré
Pues eres Madre muy buena
Que romperás las cadenas
Que me tienen oprimido
Y al ser por ti protejido
Cesarán todas mis penas.

El que se encuentre angustiado
El Rosario de María
Rézelo todos los días
Será al punto consolado
De su mal estar sacado
Por su virtud poderosa
Trocará espinas en Rosas
Las que con su grato olor
Disiparán su dolor
Siendo su suerte dichosa.

Aunque me veo sitiado
De mortales enemigos
Traigo el Rosario conmigo
Para no ser asaltado
Siempre lo tengo a mi lado
Y a torrentes en mi alma
Derrama una dulce calma
Para que pueda vivir
Y cuando llegue mi fin
Haga ostensible una Palma.

Aquí llego con dolor
De mis enormes pecados
Que me serán perdonados
Si los lloro con fervor
¿Dónde voy por tal favor
En este misero suelo?
Solo me queda un consuelo,
El Rosario de María
Que me espera cada día
En la Puerta de los Cielos.

Ya terminó mi sufrir
Ya se acabaron mis penas
Que cual rígidas cadenas
Oprimían mi esistir
Pues tengo a favor de mi
El Rosario de María
Lo rezo todos los días
Con la mayor devoción
Y me da su Bendición
Estasiada de alegría.

Aquí te vengo a pedir
Que el Rosario me lo des
Pues yo lo quiero tener
Para rezártelo a tí
Tu lo querrás recibir
Al devolverlo a tus Manos
Tu gozo no será en vano
Al tenerlo en tu poder
Para que puedas con El
Favorecer al Cristiano.

Yo no tengo más consuelo
Que el Rosario de María
Porque me sirve de guía
En este penoso suelo
Por eso con santo celo
Lo rezo con devoción
Y en cualquier tribulación
Le pido y le pediré
Que no me deje caer
En ninguna tentación.

Madre de toda clemencia
Tu Rosario me cautiva
Lo rezaré mientras viva
Ante tu Augusta presencia
Me lleno de complacencia
Tan solo el considerar
Que es un precioso caudal
Que solamente lo adquiere
Angel que de veras quiere
Tus virtudes imitar.

Un día yo suspirando
Porque el Rosario perdí
Era inmenso mi sufrir
Y con anhelo buscando
Un Angel me vió llorando
Y me dice con amor:
Pues aquí lo tengo yó
Tómalo y vete a rezar
A las gradas del Altar
De la Madre de mi Dios.

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